Qué es la iSIM, el reemplazo de la clásica SIM y la nueva eSIM

Después de la SIM convencional, que es una tarjeta, y la eSIM, que es un chip dentro del teléfono, aprueban el uso de la iSIM, que transforma esa tarea en una función interna del procesador del teléfono; el primero en integrarlo es el Samsung Galaxy S23

A un chip nanoSIM, el nuevo estándar iSIM lo transforma en una función de firmware dentro del procesador central del teléfono

El estándar SIM, que cumplió 30 años en 1991, es la forma preferida (aunque no la única) para que una operadora de telefonía móvil sepa qué dispositivo está usando una línea contratada por determinado usuario. Y eventualmente permite migrar la línea a otro dispositivo insertando ese chip en el teléfono nuevo.

Ese rectángulo de plástico, con un chip metálico, ha ido cambiando con los años, haciéndose cada vez más pequeño. De la SIM a la miniSIM y la microSIM; la versión más chica es la nanoSIM, que casi no deja plástico alrededor de la chapita que se inserta dentro del teléfono. A esa versión le siguió la eSIM, la primera en venir integrada en el teléfono: es un chip, pero en vez de estar en una tarjeta, está soldado en el motherboard del teléfono; hay muchísimos dispositivos que hace años traen una eSIM y una ranura para la nanoSIM convencional.

Cómo se miniaturizó la SIM desde su nacimiento hace 30 años hasta llegar a la nueva versión, sin hardware propio

El iPhone 14, en la versión que se vende en Estados Unidos, prescinde de la SIM removible, y sólo ofrece eSIM (a propósito: Claro, Personal y Movistar aceptan eSIM hace años). En otros países ofrece las dos versiones: con eSIM y con chip plástico. La eSIM rompe con la idea original de cambiar de línea con solo sacar la tarjeta de un teléfono y ponerla en otro, pero lo soluciona con un código QR que cumple la misma función: cuando queremos dar de alta una línea en un dispositivo determinado le mostramos un QR y listo.

Ayer, Qualcomm y Thales dieron el paso siguiente: anunciaron la certificación de la iSIM para los chips Snapdragon 8 Gen 2 de Qualcomm, como el que usa el Samsung Galaxy S23 que se vende en la Argentina hace un mes (el téléfono hoy ofrece las dos opciones: el plástico o el chip integrado; la iSIM estará en una versión posterior).

La iSIM deja de ser un chip (removible o soldado junto con otros componentes) y se transforma en una función de software, gestionada por el procesador central (el chip Snapdragon, en este caso; es el que hace funcionar Android y los demás elementos de hardware del teléfono).

El Samsung Galaxy S23 Ultra usa el procesador Snapdragon 8 Gen 2, el primero certificado para el uso de iSIM

¿En qué nos beneficia a los usuarios comunes? Principalmente, permite hacer equipos más compactos y seguros, ya que los fabricantes no tienen que dejar lugar para la bandeja en la que se inserta el chip plástico, o en el motherboard junto con otros componentes; pueden sumar otro elemento, hacer la batería un poquito más grande o hacer el teléfono más resistente al agua o al polvo, al eliminar una puerta por donde podrían entrar.

También, dicen los expertos, debería reducir la posibilidad de SIM Swapping (que pidan un chip a nuestro nombre para robar la línea), porque ya no existe la excusa original de “no me anda el chip / se perdió”, y porque se pueden agregar claves biométricas al teléfono para impedir la habilitación de la línea en otro dispositivo sin nuestra autorización). La iSIM también permite agregar conectividad 4G o 5G a más dispositivos, sobre todo más pequeños, y habilita la conectividad para múltiples operadoras (locales o internacionales) sin tener que reconfigurar nada.

¿Hay que hacer algo para usarla? No; el vínculo de una línea con un teléfono que tenga iSIM es igual la de la eSIM, con un código QR que provee la operadora telefónica.

Fuente: lanacion.com.ar


 

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